jueves, 23 de enero de 2020

'High Life' o el moderno, moderno Prometeo



Tyger! Tyger! Burning Bright 
In the forests of the night,
what immortal hand or eye, 
Could frame thy fearful symmetry?

In what distant deeps or skies
Burn the fire of thine eyes?

¡Tigre! ¡Tigre!, fuego que arde
En los bosques de la noche, 
¿Qué mano inmortal, qué ojo
Pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué distantes abismos, en qué cielos,
Ardió el fuego de tus ojos?

Un llanto despierta el metal muerto, recorriendo los decrépitos, amortiguados e indolentes pasillos de una nave para teñir de movilidad a la quietud de, incluso, el frío más oscuro del espacio. Un alarido de vida tan milagroso como el pequeño jardín que aún mantiene intacto su verdor y humedad, así como su cualidad de templo. Para un padre esforzado en preservar su supervivencia es, sin embargo, un hábito exasperante que añadir a sus múltiples, y ya de por sí extenuantes, tareas de manutención. Cada minuto, una lucha por prolongar el funcionamiento de las piezas ajadas de su misma prisión que, no siendo carga suficiente, posee la suma de una niña en forma de penitencia autoimpuesta de larga duración. La última capa de un cúmulo de expiaciones que nunca parecieron bastar, ni para él ni para sus circunstancias, pero que, al final, se convierte en mucho más; algo así como una manera de aprender a vivir, a vivir más allá de todo lo que nos hace humanos -bajo la definición más objetiva del término-, para encontrar un particular oasis que se aleje de la violencia, de los impulsos, para dejar de ser espectador e imaginarse protagonista. Allí, en la intimidad de la ausencia de espacio y de tiempo, la nada es la nueva vía de evolución, la más alta de nuestras instancias, la dedicada a la paternidad, al sacrificio, al esfuerzo, al amor. Para trascender la crueldad de ser humano, el único escape es un viaje hacia la disolución.

-"What do you know about cruelty?".